CARLOS ASENSIO

Carlos Asensio nace en Castellón en Septiembre de 1986. En el año 2004 ingresa en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos, donde obtiene la licenciatura en 2009. Ese mismo año realiza su primera exposición individual, bajo el nombre “Retratos” en el Centro Cultural Provincial Las Aulas. En 2010, cursa un Máster en Producción Artística en la Universidad Politécnica de Valencia, obtiene diversos premios y realiza una serie de exposiciones colectivas tanto a nivel nacional como europeo. Durante 2011, desarrolla un proyecto pictórico gracias a la Beca Hábitat Artístic Castelló e imparte clases de pintura en la Asociación Cultural de Bellas Artes y Artesanía de la misma ciudad. También, toma parte en la exposición inaugural del MEAM (Museo Europeo de Arte Moderno) y participa en la Cátedra Francisco de Goya impartida por Antonio López. 


LA REALIDAD TRASCENDENTAL

Dentro de la obra personal,  hay siempre  una constante en gran parte de ella, que es el hecho de abordar la problemática de la realidad. Esta temática y el interés por la naturaleza han sido muy recurrentes  para una gran cantidad de artistas a lo largo de toda la historia del arte. Asimismo, ha resultado ser una de las principales fuentes de inspiración a la hora de crear. Históricamente, se ha atribuido un nexo a todo el conjunto de elementos que conforman la naturaleza, con el concepto de “belleza”. Por tanto, siempre ha habido un fácil reconocimiento de lo estéticamente denominado como “bello”. Cosa que hoy día en el mundo contemporáneo, resulta algo más complicado de discernir, dado que se ha desvirtuado el sentido de la palabra. El resultado obtenido, ha sido la substitución o valoración de lo “transgresor” o “sorprendente” en detrimento de lo vulgarmente descrito como “bonito”. Con lo cual, es por ello que hoy existe una gran heterogeneidad dentro del arte y resulta tan difícil tarea reconocer ese deleite por plasmar algo que nos ha sido, es y seguirá siendo conmovedor. 

No en vano, hay una perseguida intención por trascender la realidad en sí misma y a la propia piel de la pintura. El discurso que se esconde tras el objeto, está invitando al espectador a formar parte activa de este intercambio. Involucrándolo en un ejercicio de profundización mayor, es decir, no quedarse únicamente en la percepción de la superficie de la obra, sino ahondar en el  concepto que esta encierra. Por tanto, a pesar de la evidencia que muchas veces puede mostrar la realidad plasmada en la tela, siempre contiene algún mensaje tras ella. Un mensaje que aparentemente resulta más necesario en una obra con un lenguaje “no figurativo”, pero que por el contrario está  a la vez implícito y resulta fundamental para su lectura.     

Así pues, dentro de esta línea de trabajos anteriormente descrita, se abordan simultáneamente géneros tales como el retrato, la naturaleza muerta o el paisaje. Pese a todo, se caracterizan por su atemporalidad ya que en cada época y bajo la influencia de cada artista, estos se han abordado de una forma diferente y acorde a la época. Quizá sea este el factor determinante que ha otorgado el peso que poseen dentro de la historia del arte. El hecho de conservar entre ellos un mismo lenguaje pictórico, le otorga una cierta unidad al conjunto en lo que a ejecución se refiere. Sin embargo, cada uno responde a unas inquietudes diferentes, que quedan patentes en un discurso propio.


“L´avi”, Óleo sobre lino, 100 x 100 cm. 2010


“Mushin”, Óleo sobre tabla, 146 x 116. (2009)


“Octopus”, Óleo sobre lino, 20 x 25 cm. (2010)


“Pasado/presente”, Óleo sobre lino, 36,5 x 85 cm. (2010)